20. 🍷 sensual politics
CAPÍTULO VEINTE ᅳ política sensual
song of the chapter
﹙cardigan,
taylor swift﹚
📍Soho, Londres
📆 2019 (Años terranos)
🔊 Azalea
TRES HORAS Y MEDIA PARA EL ARMAGEDÓN
ᅳTenemos que ir a la librería ᅳdije, sin soltar la mano de Crowley.
Aquel lugar me seguía aterrando hasta la médula, pero estar aferrada al brazo de Crowley me daba una pequeña sensación de seguridad.
ᅳAh... ᅳdijo él, frunciendo un poco los labios. Ya habíamos salido a la superficie y el Bentley de Crowley estaba aparcado justo enfrenteᅳ, se ha quemado. Toda.
Me incliné un poco hacia atrás, con una expresión seria a la vez que me metía en el coche.
ᅳJoder ᅳmusité apoyándome en el respaldo del cocheᅳ... ¡joder! ¡El libro! Estaba todo ahí...
ᅳ¿Qué libro?
ᅳErm... Las buenas y acertadas profecías de Agnes la Chalada.
ᅳ¡Oh! ¡Lo tengo, lo tengo! ¡Mira! ᅳSe inclinó sobre mi asiento, abriendo uno de los compartimentos y sacando el libroᅳ. ¡Conseguí salvarlo del incendio!
Solté una exclamación, haciéndome con el libro.
ᅳ¡Joder! ᅳexclamé, mirándole, reteniendo las ganas de besarleᅳ. Eres increíble, Crowley.
Se encogió un poco de hombros, escondiendo una sonrisita.
ᅳ¡Tenemos que encontrar a Azirafel! ᅳdije de repente, girándome totalmente hacia Crowleyᅳ. Iba a ir a buscar unos libros al sur.
ᅳNi siquiera tiene teléfono, ¿cómo se supone que vamos a encontrarlo?
Fruncí un poco el ceño.
ᅳ¿Chicos?
Tanto Crowley como yo dimos un pequeño respingo, al mismo tiempo que dimos un gritito. Nos giramos, encontrándonos la silueta gris de Azirafel, flotando entre nosotros.
ᅳ¿Fell? ¿Dónde estás? ¡Tenemos el libro! ¡Tenemos que ir a Tadfield ya! ᅳdije yo, sin pararme a respirar.
ᅳAzirafel, amigo, lo siento mucho, pero la librería se ha quemado toda. ¿Dónde estás?
ᅳSi, eh... respecto a eso..., me han descorporizado ᅳTanto Crowley como yo abrimos mucho los ojosᅳ. ¡Pero no os preocupeis! Id a Tadfield, yo solo tengo que encontrar un cuerpo y nos vemos allí.
Yo asentí, aunque Crowley seguía con una expresión confusa.
ᅳEstá bien. Ten cuidado, Fell ᅳdije, a modo de despedida. Él se desvaneció y me recosté sobre el asiento, soltando un resoplido largoᅳ. ¿Vamos?
Giré la cabeza hacia Crowley, pero vi como él estaba concentrado en mis manos. Las cogió con las suyas y pasó sus dedos sobre mis cicatrices. Yo desvié la mirada, intentando soltar mis manos.
ᅳ¿Son por mí? ᅳmusitó, incluso yo pude notar como intentaba que no se le quebrase la voz.
Lo miré a los ojosᅳ No importa. De verdad, no importa.
ᅳTe prometo que nunca más te causaré esto ᅳhabló, llevando una de sus manos a mi mejilla.
Disfruté del contacto físico, cerrando unos instantes los ojos. Una parte de mí ya lo tenía claro, pero verlo así solo hacía que todo mi cuerpo lo supiera: era el indicado. Siempre lo fue. Desde 1933. Y tal vez Agnes tenía razón: vale la pena intentarlo todas las veces necesarias.
ᅳTenemos que ir a Tadfield ᅳmurmuré, poniendo mi mano sobre la suya.
・🍷・
UNA HORA PARA EL ARMAGEDÓN
La carretera principal que rodeaba Londres estaba en llamas, llevábamos demasiado tiempo en el atasco, intentando ir dirección a Tadfield.
ᅳMe pregunto a quien le pareció buena idea hacer esta autopista ᅳmencioné, mordiéndome el interior de la mejilla.
ᅳSí... ᅳdijo él, frunciendo un poco los labios.
ᅳPero me alegro de estar contigo, aunque sea atrapados en una autopista en llamas ᅳLo miré, practicamente con corazones en los ojos. Crowley acercó su mano hacia mí rostro, pero de un momento a otro me encontré en el asiento de atrás, con una sensación extraña en el cuerpoᅳ. Que cojones...
ᅳ¡AH! ¿Hastur? ᅳchilló Crowley.
ᅳ¿Qué haces aquí? ᅳdije, asomándome entre los asientosᅳ. ¿Y tenías que quitarme mi sitio, demonio estúpido?
No me hizo caso, en lugar de eso se dirigió hacia Crowley.
ᅳTe has metido en un buen lío, Crowley. Y todo por una... ᅳme miró con cierto cabreoᅳ... sabe Dios lo que eres... o Satán. O lo que sea.
Me mordí un poco el labio, apoyándome contra el respaldo de detrás del asiento de Crowley, fijándome en la parte del cuello que podía ver desde aquí.
ᅳAhora eres un traidor, Crowley ᅳhizo una pausaᅳ, y ella también.
Ni le di tiempo a Crowley a reaccionar.
ᅳMuy bien, suficiente. Crowley, arranca.
Él se giró, mirándome con el ceño fruncido.
ᅳ¿Adónde se supone que vamos a ir, Aza?
Rodé un poco los ojos y chasqueé los dedos, haciendo aparecer un tercer carril, aunque los londinenses en el atasco resultaron ser demasiado estúpidos como para ocuparlo.
ᅳVamos.
Crowley me miró con una mirada que al menos cumplía uno de los siete pecados capitales.
Él hizo un pequeño movimiento con la mano mientras dirigía el coche hacia el carril, devolviéndome a mi asiento. Lo miré, con una sonrisa débil.
ᅳGracias ᅳmurmuré, acercando mi mano a la suya, entrelazándolas.
Pude escuchar a Hastur soltar algunos quejidos y alaridos, pero decidí no escucharle. Crowley no se detuvo, hasta que estuvimos a pocos metros de la cortina de fuego.
ᅳ¿Estás segura? ᅳpreguntó él, apretando un poco la mano.
ᅳ¿Somos demonios, no?
ᅳYa, pero no decías...
ᅳCrowley, podré ser un demonio en la teoría, pero no en la practica. Y creo que tú también.
Hizo un par de círculos con su pulgar en mi mano, para empezar a conducir.
ᅳ¡Eh! ¡Eh! ¡Crowley, vas a hacer que nos descorporen!
ᅳUgh, cállate, demonio imbécil ᅳdijimos Crowley y yo al mismo tiempo.
No solté su mano en ningún momento, mientras cruzábamos las llamas y veíamos como Hastur se unía a las cenizas. Y yo creo, o al menos quiero creer, que aferrarme a la mano de Crowley y estar segura de que todo iba a salir bien fue lo que nos mantuvo vivo a los dos. O tal vez solo fuera acto del amor. Solo espero que no haya sido una decisión de Dios, es a la última que queremos metida en todo esto.
NORA IS (S)TALKING . . .
como los amo por favorrr
so..., no es para deprimiros, pero solo queda un capítulo (+ epílogo y dos extras). me voy a poner muy triste cuando esto acabe.
os amo</3
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